Las fotografias de besos apasionados son muy recurrentes, como ejemplo en las bodas, en las reuniones familiares, de amigos, etc. Menos habituales son las fotografías de besos casuales, por la calle y donde el fotógrafo es ajeno a las personas que se lo dedican, donde el azar es el factor principal para que se capte esa instantánea. Una de las más famosas fotografías sinó la más es la que captó Robert Doisneau, esta hermosa foto, que data de 1950, está considerada como la más vendida de la historia. Esto fue debido a la intrigante historia con la que fue descrita durante muchos años: según se contaba esta foto había sido tomada fortuitamente por Robert Doisneau mientras se encontraba sentado tomándose un café con su Rolleiflex en la
mano. Dicho fotógrafo acciono su cámara entre la multitud que caminaba frente a él y quedo grabada esta hermosa imagen de un par de amantes besándose con pasión mientras caminaban en medio de la muchedumbre. Esta fue la historia que se conoció durante muchos años hasta 1993, cuando dos impostores se hicieran pasar por la pareja protagonista de esta foto."El Beso" fue llevado a juicio. Una pareja afirmaba haberse reconocido en la imagen y reclamaban su porción del pastel. Por aquel entonces, empezaron a aparecer mujeres y hombres asegurando ser los amantes de la obra y planteando demandas de derecho de imagen, aquella mentira que hacía creer que era una instantánea improvisada no pudo mantenerse. El fotógrafo ganó el juicio al presentar como prueba la serie completa de fotos tomadas en distintos puntos de París con la misma pareja. La había encontrado en un café cerca de la escuela de teatro y les había propuesto posar para la foto. Françoise Bornet, la protagonista real de la foto junto a su novio de entonces, Jacques Carteraud, decidió descubrir su secreto: quería un porcentaje de las ganancias. Otra vez Doisneau ganó en los estrados: pudo comprobar que había pagado el trabajo de Bornet y su compañero. La pareja vendió la copia de su foto que le regaló Doisneau a un coleccionista suizo que pagó por ella 155.000€ en 1992. Más tarde, reconocería el propio autor: "No es una foto fea, pero se nota que es fruto de una puesta en escena, que se besan para mi cámara." Al fotógrafo se le han dedicado más de un centenar de libros y varias películas. Del cartel de El beso se han vendido más de 500.000 ejemplares en todo el mundo. No obstante esta "no instantanea" fue algo muy importante, y que significaba muchas cosas, tiempos nuevos tras la guerra, una ciudad que despierta. Doisneau simuló para ensalzar una ciudad pero el propósito lo supero y le supero con creces, por lo tanto y a pesar del teatro, obra maestra. Recomiendo encarecidamente contemplar su obra.
Otra cosa bien distinta es captar pasión en la cola de una comida popular, en un minúsculo pueblo, bajo cero y como recompensa a la espera "potaje de garbanzos". Evidentemente esto no es Paris años 50 y esto no significa más que amor entre la pareja, pues la ansiada llegada al suculento plato, no creo que les despertara la lívido, pero en fin la foto la capté gracias al azar.
Fuente y adaptación del texto: Wikipedia
Fuente y adaptación del texto: Wikipedia
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